miércoles, 23 de enero de 2013

¿Sabe lo que es un golpe de calor? Cuide la salud de los niños en este verano

Los horarios aconsejables para la exposición al sol son antes de las 10:00 y después de las 16:00 horas. En bebés de menos de seis meses no se recomienda la exposición directa al sol, ya que el niño podría sufrir quemaduras y golpes de calor. Proteger los ojos de los niños es clave ¿Sabías que los ojos son 20 veces más sensibles que la piel?, y que nuestros ojos ¿reciben antes de los 18 años el 80% de la radiación dañina para nuestra visión futura?. Un reciente estudio revela que sólo el 2% de la población infantil usa lentes de sol, probablemente porque sus padres los sienten como un complemento de moda para adultos, más que como un mecanismo de protección y prevención. La protección solar en niños se centra en evitar lesiones en la córnea. Los daños derivados de una mala protección ocular van desde la queratitis (inflamación de la córnea) a la conjuntivitis (inflamación de la conjuntiva). Se manifiestan con irritación ocular, sequedad y sensación de cuerpo extraño. Los niños de piel y ojos claros son aún más vulnerables a la radiación solar. Elige bien los lentes Los cristales deben tener el grosor y color adecuados para cumplir su función de barrera de los rayos UV. En este sentido, no te fíes de los lentes que venden en la calle ni de las promociones publicitarias. En su mayoría están fabricados con polímeros de muy baja calidad, que pueden ocasionar más problemas que los que pretendes evitar. Para saber cuál elegir es preciso informar en las tiendas especializadas datos del niño tales como la edad y si existe algún antecedente médico sobre la visión del menor. Asimismo, los niños requerirán un lente de materiales, armazones y recubrimientos más firmes, para dar mayor seguridad y durabilidad al lente. Finalmente la idea es que los lentes que usarán nuestros pequeños este verano deben tener una garantía que dé confianza a los padres, por lo que es recomendable comprarlos en una óptica de calidad, con profesionales a cargo. Evita errores con la protección solar de tus niños Comprar la misma crema solar para toda la familia puede ser lo más práctico y económico pero no siempre lo más adecuado. Es importante adaptar la protección al fototipo de cada uno, es decir la capacidad de la piel para asimilar la radiación solar. En general toda la familia debe utilizar un fotoprotector alto en los primeros días al sol y después rebajarlo a medida que la piel vaya adquiriendo color. Nunca debes prescindir totalmente de protección solar aunque ya estés tú y tu hijo bien bronceados. Para los niños, se recomienda 50 FP y para los adultos de piel clara, entre 30 y 50 FP. Si tienes la piel oscura, necesitarás la mínima, en torno a 10 FP. Es importante que sepas que la fotoprotección máxima alcanzable es 50 aunque algunos laboratorios indiquen índices superiores. Cuándo aplicar bloqueador Es un error aplicar el bloqueador al llegar a la playa o la piscina. El protector solar tiene que fijarse a la piel antes de la exposición por lo que debes aplicarlo unos 30 minutos antes de salir de casa y sobre la piel seca. Luego, conviene renovar cada 3 horas y cada vez después de meterse al agua, practicar algún ejercicio acuático y se si se ha transpirado mucho. No escatimes en la cantidad y nunca uses autobronceador para protegerte del sol. Días nublados Las nubes espesas son capaces de bloquear las radiaciones del sol en mayor medida que la nubosidad ligera pero la radiación es suficientemente intensa como para quemarse, por lo que niños y adultos deben utilizar la misma protección solar que usan los días de sol. Evita la insolación y los golpes de calor con gorrito y a la sombra Cabecita a la sombra o cubierta con un gorro. Así evitarás que tu pequeño sufra una insolación y un golpe de calor. ¿Qué es una insolación? La insolación se produce por una exposición solar directa, fundamentalmente sobre la cabeza, que aumenta el tamaño de los vasos sanguíneos, lo que produce decaimiento, dolor de cabeza o vómitos y, finalmente pérdida de conocimiento, uno de los principales rasgos distintivos de la insolación. Salvo que existan complicaciones como quemaduras en la piel producidas por haber estado mucho tiempo bajo el sol sin la protección adecuada, las secuelas de una insolación no son tan severas como las que produce el golpe de calor. Cuando se retira al niño de la intensa acción del sol y se le refresca, recupera su estado normal. Los bebés lactantes y niños de entre dos y cuatro años tienen más riesgo de padecer una insolación porque su sistema de termorregulación corporal es diferente a la de los adultos, son más vulnerables. Se recomienda alejarlos del sol directo. ¿Qué es un golpe de calor? Nuestro cuerpo, de manera natural, mantiene estable su temperatura. Cuando la temperatura corporal se eleva de manera excesiva por un tiempo sostenido, el cuerpo es sobre exigido y puede llegar a perder su capacidad reguladora. Cuando esto ocurre se desencadena un proceso patológico que se conoce como "Golpe de Calor", que es la respuesta del organismo a una agresión causada por el calor y éste puede llevar a la falla orgánica múltiple. El golpe de calor puede afectar a los niños o personas de la tercera edad, que permanecen por mucho tiempo en lugares encerrados, muy calientes y con muy poca ventilación. Se recomienda hidratar a los más pequeños y alejarlos de lugares en donde llegue el sol directamente.

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